Y de repente por una simple frase acudes a mí. En realidad siempre has estado ahí, adormecida, esperando el momento justo que más tocase el alma. Porque de palabras va el juego de la vida. Porque es de palabras de lo que nos alimentamos día a día. Las palabras son la esencia del mundo, con ellas llegas a calentar o enfriar una herida. Y guarda el corazón callado aquel momento de la absurda despedida, el momento impredecible en el que desapareciste sin emitir palabra alguna.
En estos instantes en los que me siento un poco perdida, esos recuerdos acuden a mi mente como un salvavidas, tú en ocasiones me decías: “Eres genial. Aún no sabes lo fuerte que eres “ y esas palabras después de tantos años me reconfortan todavía, porque para mí eras y serás siempre mi mejor amiga.
Por favor, si a alguien le despierta sentimientos o le llega, hágamelo saber.
Colaboración de VYRC
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